Relatos breves, poemas y paridas varias

Saturday, March 04, 2006

Teoría del universo paralelo

Todo parecido con la realidad es pura coincidencia mimética.
-Lo que en el resto del mundo parece normal aquí no lo es. Así de claro.
Y no lo dije yo, lo dijo Yoel, aquel negro grande y habanero que después de viajar por todo el mundo enrolado como marinero, pasó una larga etapa de formación en la academia Puskin de San Petersburgo, para acabar trabajando de albañil en este pueblo. Quiero decir con ésto, que está claro que él era un hombre de mundo, y que se confirmaba de esta forma, lo que yo ya sospechaba. Vivíamos en un lugar inmerso quién sabe porqué extraña razón en una realidad paralela donde las leyes de la lógica regían de una forma extraña.
Esta sensación o teoría que hasta entoncés solo yo creí haber sentido, de repente fue ganando adeptos en personas que -como yo- tenían una gran ansia de libertad. Personas con una edad, formación y una personalidad sólida y una trayectoria nada desedeñable, lo que me permite afirmar, que no se trata, como yo sospechaba de una percepción equívoca mía. Todo, lo contrario, es una realidad fácilmente constatable ante personas de diversa procedencia, origen, formación o cultura.
-Para rozarle con el rabo a mi mujer ya estoy yo. Eso me decían, !te lo puedes creer¡. Yo que fui allí con las mejores intenciones del mundo. Dijeron que estaban todos pendientes de ver con quién bailaba el negro.
Yoel mostraba su indignación por cómo le hablaron tras una cena con sus compañeros de trabajo y sus esposas. Como a todo cubano, luego a los postres le pidieron que bailara y él lo hizo como siempre lo había hecho, muy pegado.
-Es costumbre en mi país. Respondió él.
-Pues como te pegues demasiado a las mujeres bailando, te rompemos tu bonita cara. Es costumbre de nuestro pueblo. Le respondieron. Tiene que ver con algunos ritos antiguos.
-Fijate que yo, no pretendía para nada meter mano a ninguna de sus mujeres. Como iba a ligar con las mujeres de mis compañeros de tabajo, en sus propias narices. Además que yo iba con toda la buena voluntad del mundo.
-Que pena ser el único negro con 25 centimetros de rabo como tú, en un pueblo como éste.
Le dije intentando acompañar su pena por su infrautilizado pene en un pueblo tan extraño como éste.
-Ese es el tipico comentario sobre el rabo de un negro, ¿sabes?.
-Si que lo sé, pero hace gracia.
Entonces yo quise explicarle que sabía perfectamente de qué estaba hablando, contándole otras cosas que me habían ocurrido a mí.
-Yo estoy ahora haciendo un curso, y la gente me critica porque participo con mis comentarios. Es decir, si yo tengo una opinión digamos amplia sobre ciertos temas y los comento con el ánimo de compartirlos con ellos para que aprendan y que ellos compartan los suyos conmigo también, para que yo aprenda, me critican. El resultado es que me critican porque según ellos me hago el protagonista. El otro día un amigo me dijo: quiyo con esta gente hay que pasar desapercibido si uno no quiere que lo critiquen. Critican haga lo que haga.
Pero yo le respondí: -yo quiero participar y que me critiquen y que todos participen opinando delante mía y argumentando lo contrario a lo que yo diga, para que al final y como decia Machado, ambos encontremos por fin la verdad auténtica en un término medio. Lo que nunca pensé jamás es que ocurriría lo que está ocurriendo. Que me critican a mis espaldas porque participo, pero frente a mí ponen caras de benditos y no dicen nada. !Como se puede ser tan hipócritas¡. Pues asi son todos.
Entonces fue cuando el pronunció aquella frase. -Lo que en el resto del mundo parece normal aquí no lo es. Así de claro-. Fue como un rayo de luz que cruzara el horizonte de la noche iluminándolo todo. Como una revelación certera de algo que yo había ido incubando en mi interior poco a poco. En los siguientes meses fui armando mis recuerdos y los de la otras personas que formaban mi entorno hasta lograr los brillantes resultados que ya todos conocen y que fue reconocido durante muchos años como uno de los mayores esfuerzos de periodismo investigativo y un referente en todo el país, de forma que pude desvelar cómo oscuras y terribles fuerzas estaban atenazando al lugar que en apariencia se mostraba como un pueblo de lo más tranquilo, aburrido y hasta cierto punto conservador. Yoel, con una lucidez certera propia de un cirujano hizo pronto un diagnóstico.
-Este pueblo parece anclado en el pasado. Supongo que sus artes oscuras e ignoradas por mí, de mago o hechicero perteneciente a la religión que en Cuba llaman Yoruba y en Brasil Candomblé, influirían de forma clarividente en la perpcepción que pronto se hizo mi nuevo amigo del lugar en donde ya llevaba viviendo algunos meses.
Ignoro si lo decía por las anécdotas de los hechos cotidianos que le ocurrían o por las grandes telas de araña que permanecían suspendidas por algunas calles como si fueran una densa neblina sobre el frío de la noche de invierno. O tal vez era una neblina que a mi se me antojaban telas de araña, como una materialización de la detención del tiempo. Inquisición. Inmediatamente vino a su mente la palabra que simboliza fuera de este país, la peor imagen de la España profunda que ante los ojos de aquel morenito se estaba representando como viva y deslizándose por cada rincón de lo cotiadiano.
-A mí ese comentario me pareció un poco exagerado. Al fin y al cabo éste es mi pueblo. Pero estaba claro que había parte de razón en aquella afirmación. Yo argumenté que hay que pensar en que hace dos siglos, cuando todavía existía la Inquisión y todo el mundo vivía del campo había algunas festividades en el año donde se escenificaba todo el equilibro de poder local. Ocurría en Semana Santa, cuando con la excusa de las procesiones se decía por las calles y ante el pueblo, quién era cada cual en aquel micromundo, y algunos ostentaban su poder, para ir de paso pregonando: aquí mando yo. Entonces la iglesia tenía una tercio de las tierras, otro tercio el ducado y otro tercio del consistorio. Cualquiera que desease trabajar en el pueblo -que eran todos- se veía obligado a acudir a las mismas. Lo curioso es que hoy se siga con la parte externa de todo el decorado, cuando el andamiaje desapareció. Lo que sí es cierto es que las cofradías son uno de los pilares de la vida social, algo que une, que vertebra.
-Osea que la fiesta más importante para este pueblo está relacionada con la Inquisión.
-No hombre también hay otras fiestas que no tienen raiz religiosa.
-¿Por ejemplo?.
-Por ejemplo......A tí por ejemplo, por el mero hecho de ser negro, podrían acusarte de ser el mismo diablo, y pondrían como muestra de ello, tu gran falo. Seguramente en esa época serías acusado por algun marido burlado.
-Ay que ver que falomanía teneis aquí eh. ¿Que pasa que los españoles no teneís polla o que, cojones?.
-Yo sin ir mas lejos. A mi me dicen que no esta mal eh y no lo voy diciendo por ahí.
-Y yo que culpa tengo si mi polla me antecede, chico.
Hubo risitas.
-No me refería al tamaño, estúpido. Además tú que sabes si no la has visto.
-Ya, pero se habla, se dice.
-Pueblito pequeño, infierno grande. Decía mi abuela de La Habana.
-Son tradiciones de mi pueblo. Que vamos a hacerle, tendremos que conservarlas.
-Claro está. Dijo irónicamente Yoel. Imposible cambiar.
-Desde esa iglesia, (señaló a una torre cercana, cinco siglos de propaganda nos contemplan).
-Valiente plan....
-No juzguéis y no seréis juzgados. ¿Quién dijo eso?.
-Mmmmm, ¿Roldán?.
-¿Cual el trovador medieval?.
-No, el político.
-Pues no: fué Jesús.
-¿Qué Jesus?.
-Jesus Vazquez.
-¿Cual el vecino del quinto?.
-No, el presentador gay.
-Lo que en el resto del mundo parece normal aquí no lo es. Esa impagable afirmación me hizo pensar, lo divulgué entre mis amistades y entre todos convenimos que, efectivamente, se trata de una afirmación cierta.
Por ejemplo así se explica lo de la rotonda, dijo Luisa, mientras hacíamos la compra en el supermercado.
-¿Cual rotonda, pregunté yo?.
-La rotonda de la fuente. Aquella rotonda -improvisada parada de autobuses- no es de sentido de circulación circular, como su propio nombre indica y valga la rebuznancia, a pesar de que una señal así lo delimita. Allí no tienen prioridad los que están dentro de la rotonada sino los que vienen de la Avenida. Esas cosas solo pasan aquí, explicó Luisa.
Ahí tenía una nueva prueba que confirmaba nuestra teoría del universo paralelo. Aunque, ahora que pensaba, había muchas más. Por ejemplo la Victoria de Samotracia con cabeza. Algo así como la Venus de Milo con brazos. Encargaron una copia de dicha estatua alada para los jardines frente al cementerio, creyéronla un ángel. Pero el que la hizo, por supuesto en material sintético, no acabó de gustarle sin cabeza. Así que este señor recibió el dibujo del encargo de la estatua, un dibujo mal hecho, una foto, tal vez mal imprimida en un folio casual, y aquel señor decidió que no le gustaba la Victoria de Samotracia y en su justo y sabio entender decidió que le iba a poner una cabeza, así que ni corto ni perezoso, así lo hizo. Los griegos estaban equivocados, claro está.
-¿Y que tendran que ver los griegos con esta estatua?- Me cago en los tontos de María. Dijo.
Colocó sobre la estatua griega la efigie de su esposa que hoy preside la entrada al pueblo, como muestra y ejemplo de amor y respeto a la cultura y las tradiciones del municipio sumido en un universo paralelo, sin que nadie haya reparado apenas en esta curiosidad. Al menos hasta ahora.
Y qué decir del monumento a la mujer trabajadora, al que una mano oculta le echó un cable al cuello una noche y la estatua de plástico amaneció decapitada. La policía encontró la cabeza pronto, pero aquello volvía a suceder, la estatua pronto perdía la cabeza....por culpa de la noche. Nunca se supo quien lo hizo.
Tampoco se puede olvidar el caso de los jardines de abajo, -para diferenciarlos de los de arriba- donde un ciudadano paseaba tranquilamente cuando fué succionado misteriosamente y cayó en una sima provocada por el universo paralelo teniendo que ser rescatado por la policía.
Resulta que aquel socavón subterráneo estaba provocado por un manantial que pasaba por allí hacía siglos, sobre el que se construyó el parque. Varios siglos de lluvias torrenciales habían provocado una especie de sima subterránea, donde afortunadamente, el paseante despistado y su perro cayeron sin hacerse daño, pero descubrieron un hecho sorprende: había que renovar las conducciones de agua subterráneas de medio pueblo, ya que las que se usaban, -del tiempo de los romanos- estaban y sin que nadie se explicase porqué, un poco estropeadas. Otro ejemplo de la realidad paralela, de esa lógica que imponía discursos grandilocuentes, grandes planes, no ya inconclusos, sino nisiquiera iniciados, mientras lo más inmediato, las tuberías subterráneas estaban como quesos de gruyére. Pero claro, nadie las veía y lo que no se ve no existe en el universo paralelo. Solo existe el sueldo a fin de mes, y pare usté de contar.
-¿Amigos?.
-Kiaaaaaa.
-¿Principios?.
-Anda yaaaaaaaaaa.
-¿Educación?.
-Tekieiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.
-¿Valores?.
-Los de bolsa, ¿no?.
-Cultura.
-Jajajajajajajaajajajajajaja.
Y así sucesivamente se prometió el fin del paro, la construcción de un hotel de lujo en restos de un antiguo castillo, limpieza del río, sucesivas modernizaciones tecnológicas, y por prometer faltó prometer la construcción de una playa en las riberas del río, como ocurrió en una famosa ciudad cercana. Sin embargo los ciudadanos veían como día a día nada cambiaba, sino que su vida cotidiana se deslizaba por los mismos estrechos meandros de siempre. Muchos comenzaron a creer que estabámos en la nueva California sudeuropea. Uno cree siempre lo que le conviene, claro está, así que había muchos que por razones económicas, -otra no se entiende-, empezaron por dejarse atrapar por esa realidad paralela, en principio ficticia, pero que comenzó a tomar cuerpo en las mentes de los que lo creyeron.
Muchos comenzaron a notar que los edificios viejos sobraban. Esas chozas de caña y barro que durante décadas les sirvió de cobijo sobraban. Fuieron las primeras en caer. Ahora ya eran personas adineradas, nadie podía saber que habían vivido en chozas. Otros decían que les traían malos recuerdos. Cuando se quisieron dar cuenta no quedaba una sola en pie. Mientras en otras partes el estilo antiguo en decoración, en edificaciones, triunfaba, allí no querían edificios antiguos: traían recuerdos de pobreza. Luego comenzaron a caer los caserones de vecinos, las casas dieciochescas de hermosos patios, los conventos de monjas pretéritas que ya no servían para nada. Aquella cruzada contra todo lo antiguo tuvo un mártir. Una estatua de un santo martirizándose. Un día en un despacho de un señor que mandaba mucho llegó un dinero para gastarlo entre todos. Tenemos que usarlo para invertir en modernización. Qué hacemos. Donde lo gastamos. Y empezaron a pensar. De nuevo la realidad paralela comenzó a dejar notar sus efectos. Al día siguiente un ejército de hombres armados con picos y palas se puso manos a la obra: desmontar un edificio antiguo. Comenzaron a destruir un edificio del siglo catapún solo por dar empleo. Efectivamente.
Entonces llegó el fotógrafo del periódico local. Corrían malos tiempos para la iglesia así que algún gracioso quiso demostrar que iba con los tiempos y de un gope de pico, le cortó la cabeza a la estatua sedente que presidía la hermosa fachada principal del edificio, orgulloso. Años después al despacho de alguien que manda mucho, llegó otro dinero que había que gastar irremediablemente y decidieron reconstruir el edificio.
-En este momento conviene hacer una pausa !eh¡. Alguien ha podido pensar que si esos dineros que vienen como llovidos del cielo para hacer cosas, no se supone que proceden de Europa al objeto de la modernización de las "cozas". Incluso algún malpensado ha podido pensar que estos señores se estaban gastando los dineros del desarrollo europeo en chuminadas. Si has pensado eso, ya te estás yendo a la iglesia a confesar el pecado, mamón.
Tendrás que confesarte por ser un masón descreído, un conspirador peor que ese señor con bigotillo que hacía cosas feas con los judíos. Por ser un nazi o un comunista o las dos cosas a la vez. Probablemente tu lo que eres es un anti Partido Por Dos, -antes se llamaba partido de los trabajadores, pero como perdieron su ideología y se dividieron, dicidieron ser consencuentes en sus siglas con su propia realidad- es el partido en el gobierno desde hace veinticinco años. O peor aún eres simpatizante del Partido Pesebrista Opositor. Conviene recordar que ser del Partido Pesebrista Opositor es lo peor que se puede ser en este pueblo. Si alguien descubre que tu eres de ese partido, las perzonas, te dan la espalda, tus amigos de la infancia de repente te vuelven la espalda.
En el fondo nadie conoce tus ideas, pero todo el mundo da por sentada que son nefastas, pues ponen en cuestión el actual estado de cosas gracias al cual, ellos pueden dar de comer a sus hijos todos los días. Y lo que es peor, podrían también dar de comer a sus hijos todos los días si gobernara otro partido, pero ellos no lo saben aún. Y da igual lo que hagas por intentar convencerlos que tu eres el mismísimo San Francisco y que sabes la forma de arreglar todos los problemas, que digo, Jesus Resucitado porque de nuevo te volverán a crucificar si eres del PPO. Incluso los hay que no te dirigen la palabra, -sin antes molestarse a hablar contigo para ver qué piensas verdaderamente- no ya si eres de ese partido, no, si te atreves a cuestionar lo más mínimo del partido dominante.
Pero nada de tonterías. El nuevo edificio habría de ser ejemplo de los nuevos tiempos, así que la mitad del edificio derruida se reconstruyó con estilo moderno, esto es: hierro, cristal. Mientras que la otra, la de siempre, seguía con sus tejas y ladrillos de barro y sus maderas nobles. Y en la entrada alguien cogió al decapitado santo sedente, le pegó la cabeza que aquel bruto le había cortado y lo nombraron mártir de las causas perdidas.
El ejemplo cundió y se destruyeron otros edificios antiguos, de conventos y cosas de esas que en estos tiempos no servían de mucho, y los reconstruían de nuevo. Claro que en eso de tirar cosas antiguas había tradición: un siglo antes, el palacio de los duques construido durante siglos, había desaparecido. Sus pìedras se emplearon en la construción de casas humildes, o sus mármoles labrados para el empedrado de las careteras.
Luego siguieron con las casas viejas de rejas y mármoles en fachadas, y hermosos patios: la gente quería pisos. Pisos donde poder escuchar a gusto las ventosidades y las broncas del vecino, cómodos, funcionales, modernos y prácticos.
-Es que las casas antiguas dan mucho trabajo mirusté, señor finolis.
-Es cierto, ahí le doy la razón. Pero los árboles de los parques también dan mucho trabajo !eh¡. Siempre echando hojas secas que hay que limpiar constantemente, así que igual habría que cortarlos también.
Esos barrenderos y limpiadores mosqueados con los árboles que tiran hojas, los de hoja caduca, hicieron presión para que los mandamases acabasen cortándolos bajo excusas de que no eran especies autóctonas o que estaban enfermos o peor aún que eran usados por las parejitas para meterse mano o por endrpgaítos para pincharse. Y yo me pregunto, el día que tengamos los parques y las calles sin un solo árbol que eche una hoja al suelo, ¿para que necesitaremos los barrenderos?. Acabaremos con ellos también.
-Pero vaya que lo que mas trabajo da en una casa es un niño. Y menos mal que a nadie se le ha ocurrido aun una idea sobre cómo remediar ésto.
-Yo lo que veo que da más trabajo son las iglesias, !eh¡.
-Ya salió el republicano metiendo baza a la menor ocasión. A ver. Qué problema tienes tu con las iglesias.
-Pues las campanas. Que son mu molestas. Deberían cobrar impuestos por hacer sonar las campanas. Es que está uno en su casa tan tranquilamente haciendo algun esfuerzo intelectual, por ejemplo viendo Gran Hermano y es que no puedes eh. Yo que vivo al lado de una iglesia, hay tres misas al dia y una hora antes de cada misa ya están tocando esas peazo de campana con ese ruido que se te mete en la cabeza tolonnnnnnnnnnnnnnnnnnnnn. Es que así no hay quien pueda, que hay personas mayores en las casas y niños pequeños durmiendo.
-No cuela eh.
-Cómo que no cuela. Eso es porque tu no vives al lado de una iglesia, listo. Que llegan unas vacaciones y hala, todas las calles llenas de tambores y de gente gritando o vestida del kukuxklan, que no te dejan ni escuchar música. Y encima no puede uno poner AC/DC a toda pastilla en tu propia casa cuando está pasando la procesión por la puerta, hombre. Yo creo que directamente las iglesias no sirven para nada, si total nadie se cree sus dogmas, nadie los practica en serio. Luego cuando alguien intenta ayudar a un inmigrante, o a un pobre, o a un vecino le dicen:
-Mira el beato este ¿que se ha creido, mejor que nosotros?. Eso de ir tanto a misa le ha afectado.
Todo el mundo dándose de golpes en el pecho en público, pero a la que el cura se da media vuelta, los que van a misa son los mas malos del mundo. Y si no, mira tú cómo salen los niños de los colegios privados religosos, los peores. Claro, como los aprueban por el dinero del padre. Así que yo creo que el Ayuntamiento debería expropiar las iglesias y montar servicios públicos de primera necesidad, por ejemplo discotecas, servicios de diversión nocturna para la juventud, que están ahora mismo con las botellonas endrogaítos.
Imagínate, unos neones junto a esas fastuosas portadas de marmol y ladrillo, "El templo: una experiencia religiosa" para flipar, de verdad. En el interior poca luz, solo unas velas encendias iluminando apenas los altares. En los rincones, las barras con unas camareras divinas. Te acercas y pides la lista de chupitos: Sangre de Cristo, granadina, Jugo de Monja, Mangaroca.
-Oye perdona, me pones un Jugo de Monja, y.......¿algo de picar tienes?.
-Si, ahí tienes la lista.
-Vale pues.....obleas picantes estilo México.
En los púlpitos dos go-gos bailando ligeritas de ropa, en la mesa del altar los DJ pinchando Madonna: "Like a Prayer" aquella canción en que un santo negro cobraba vida y se daba un morreo con ella. Claro que dentro de una iglesia habría que cuidar las formas y las ropas. Por ejemplo no se podría ir en chándal. Habría que imponer la moda Vatican Style. Por ejemplo las camareras con sotanas de cuero negro y unos látigos para aquellos borrachos difíciles de tratar. Aquellos que fuesen malos naturalmene se les aplicaría la disciplina. En fin, que me voy a la oficina de patentes y marcas antes de que alguien me copie la idea.
Total que en aquella ciudad no había hospitales, ni universidades, iban pocos turistas, los principales monumentos se estaban cayendo de puro viejo, las pocas empresas que surgían lograban arrancar con mucho sacrificio, y las principales carreteras y nudos de comunicación quedaban lejos. No obstante, como en todos lados funcionaba el alcaloide de la fatuidad, que es esa cosa que no se sabe muy bien qué es, y que por más feo, pobre, chico o aburrido que sea un pueblo, había bastantes convencidos de que vivían en el mejor lugar del mundo, a pesar de que ya muchos optaron por irse a vivir a las ciudades cercanas, teniendo en cuenta que llevaban años yendo y viniendo cada día, y eso no era posible. Poco a poco la realidad paralela, manifestada en esta forma fue poco a poco enguyendo a sus creadores y matándolos de éxito.
En la realidad paralela existe también la dialéctica del absurdo. Palabras que algún líder popular pronuncia sin pretender siquiera que nadie las entienda, pero que parecen cumplir una función social que muchos desconocemos. Por ejemplo, aquellas que pronunció aquel que fuera carismático Alcalde (todos los pueblos y ciudades tuvieron un carismático Alcalde, elevado a los altares porque luego llegaron los socios listos, listillos y profesionales de la politica a llevárselo calentito). Pues bien, aquel santo varón, cada vez que tenía la oportunidad de hablar en público, pronunciaba unas misteriosas palabras que contribuyeron a elevar la fé con la que se le veneraba, porque nadie las entendía, lo cual lo llenaba aún más de un cierto halo de misterio:
-Tenemos un escenario ideal, unos actores magníficos y vamos a interpretar la mejor obra.
No me negarán ustedes que la frase en sí, no tiene guasa. Mientras la mayoría de los de su clase se dedican a ir dando mimos y caricias a sus adversarios en sus intervenciones en público, este señor se dedicaba a filosofar.
Esta frase se insertaba en medio de alusiones totalmente certeras a cosas y situaciones concretas, por eso mismo no quedaba claro, a qué venía aquella frase abstracta en medio de aquel discurso así que las especulaciones mas diversas sobre lo que en realidad quiso decir aquel hombre no se hicieron esperar:
-Eso quiere decir que va a contratar a un grupo de teatro de calle para que vengan los turistas a ver el centro histórico, los monumentos y esas cosas. ¿No?.
-¿Turistas aquí?. Jajajajajaja. Y donde van a comer ¿en tu casa?. Si no hay hoteles. Otra cosa es lo de dormir.
-Si son rubias extranjeras y están buenas que se vengan a mi casa.
-Que no hombre que no. Que lo que ha querido decir es que reconoce que en realidad él es un actor que nos está tomando el pelo y que no piensa hacer nada de nada de lo que dice. ¿No lo ves ahi montado en el escenario con esas luces y esos microfonos?. Está actuando.
-No, lo que quiere decir es que ya no sabe qué hacer ni qué decir pa que lo votemos, y total como lo vamos a votal igualmente, no por lo que diga, sino porque nos da trabajo, pues qué mas da lo que diga, si a este acto venimos por el jamón de pata negra que dan.
-Que no. Que no os enteráis de nada, que esa es una frase que le han soplado en el oído sus asesores. ¿No veis que la repite en cada charla que da?. Es una frase de esas que le dicen los asesores, y que solo sirve pa quedar bien delante de la gente.
-Y con la cantidad de gente que lo está escuchando, ¿no sería mejor que dijese algo así como que seamos justos,
que no seamos racistas, que cuidemos el medio ambiente, que seamos buenos vecinos, que no discriminemos, etc, etc?.
-!Si hombre¡. Entonces si que nadie lo creería. Se convertiría en un elemento subversivo y sería expulsado de su partido.
Esto es lo que se ha dado en llamar dialéctica del absurdo, que los filósofos han estudiado tanto y que muestra la verdadera cara del ser humano.

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